martes, 11 de diciembre de 2007

Más comentarios

Bueno, ahora que la gente empieza a enterarse de que hemos cambiado el ofrecimiento a acogimiento permanente, estamos empezando a oir un nuevo tipo de comentario, a saber:

Si vais al acogimiento permanente, pedireis un niño sano, ¿no?

Lo cual implica:

- que acoger es inferior a adoptar

- que un niño con discapacidad o enfermedad crónica es inferior a uno sin discapacidad o sano

- que si uno "se conforma" con una cosa inferior no debe aceptar que le "cuelen" otra

No sé cuando la gente de nuestro entorno se va a dar cuenta de una vez que queremos un hijo con discapacidad o enfermedad crónica. Que esto es lo que hemos elegido. Que no nos "conformamos" con nada, que esta es nuestra primera opción.

Madre mía de mi alma.

Mientras tanto, esperamos. Imagino que no tendremos idoniedad hasta enero o febrero.

lunes, 26 de noviembre de 2007

La visita a domicilio

La semana pasada tuvimos la visita a domicilio. Vinieron no una sino dos trabajadoras sociales y volaron por la casa casi sin verla. En realidad venian a hablar del ofrecimiento.

Bueno, acostamos a la niña a dormir la siesta y nos sentamos con las trabajadoras sociales a hablar. No queríamos que la niña nos oyera decir "no queremos este tipo de niño" o "esto no somos capaces". Sencillamente no lo entendería y sólo serviría para causarle ansiedad.

Nuestro ofrecimiento era para un niño o niña en acogimiento preadoptivo con una discapacidad visual o motora que no llegue a silla de ruedas. En el último momento añadimos una serie de enfermedades crónicas, o lo que ellos llaman enfermedades crónicas, como anticuerpos de HIV (sin virus) o diabetes. Y digo "era" porque ha cambiado. En la visita, las trabajadoras sociales nos dijeron que sólo tienen como 2 niños al año disponibles para acogimiento preadoptivo y que la probabilidad de que se ajuste a nuestro ofrecimiento es muy pequeña. ¿Porqué no considerábamos el acogimiento permanente? Les dijimos que estamos abiertas al acogimiento permanente pero que las visitas te atan a Madrid y que estamos pensando en ir a vivir a otro país. Entonces ellas nos preguntaron si aceptaríamos un niño que no tiene visitas.

Eso nos sorprendió porque prácticamente ningún niño disponible para acogimiento permanente no tiene visitas. Inmediatamente pensé que estaban pensando en un niño en concreto. Pero mi pareja y yo habíamos decidido que no íbamos a ampliar el ofrecimiento hasta junio y así se lo dije. Yo me moría por decir que sí, que adelante con el acogimiento permanente, pero mi pareja siempre me dice que cambio los planes de forma impulsiva en el último momento y que tengo que ceñirme más a lo que se decidió anteriormente, así que me reafirmé en nuestra decisión con mucha energía. Pero aún así no me atreví a mirar a mi pareja para que no viera en mis ojos (porque lo ve todo) que quería un acogimiento permanente.

Al día siguiente, vino la vecina. La vecina tiene unos amigos que hicieron el curso con nosotras y que tuvieron la visita también esta semana. La vecina nos dijo que las trabajadoras sociales le habían dicho a sus amigos que la mayoría de las personas del curso ya tenían niño/a "preasignado", es decir, que están esperando a que llegue la idoniedad para proponerles niño. Mi pareja y yo nos miramos. Ella me confesó que cuando las trabajadoras sociales estaban insistiendo pensó que tenían un niño concreto en el que estaban pensando y yo le dije que yo había sentido lo mismo.

Así que ayer por la mañana llamé a Meniños y cambié el ofrecimiento. Nuestro ofrecimiento es para un niño/a en acogimiento preadoptivo o permanente con una discapacidad visual o una discapacidad motora que no llegue a silla de ruedas, o una de las enfermedades crónicas de nuestra lista.

Mi pareja y yo nos pasamos el fin de semana hablando de cómo nos vamos a organizar si hay niño/a este invierno. Mi amiga B, que espera una niña de Nepal desde hace un año, me dijo que tendríamos niño/a antes de Navidades. Mi amiga R, que está en pleno tratamiento contra la infertilidad, me dijo que tendríamos niño/a antes de Navidades (no, no se conocen). Yo rezo por que no haya niño/a antes de Navidades, aunque si ahora mismo sonara el teléfono y fuera Meniños, me moriría de alegría.

Qué será, será? What ever will be, will be. The future is not ours to see. Qué será, será?

lunes, 19 de noviembre de 2007

Respeto

Como dice la canción: "R-E-S-P-E-T-O, es lo único que pedimos".

Ayer me llamó mi padre. Después de hablar un rato me preguntó, con esa voz que tiene a veces y que siempre indica que algo viene detrás:

-¿Alguna novedad? ¿Algo que deberías decirme?

- No, papá, no se me ocurre nada.

-¿Sobre la adopción?

-¿Sobre la adopción? No, a parte de que vienen esta semana a ver la casa, que ya te lo he dicho, nada más.

Entonces lo soltó. Resulta que hace un par de semanas una amiga de mi padre nos hizo una visita bastante de imprevisto . Vio la casa y el jardín, haciendo todos los ruiditos de costumbre en estas situaciones y comparando con las de sus hijos, se tomó un té, charló un rato y se marchó. Al parecer acto seguido llamó a mi padre "alarmadísima por el terrible error que estábamos cometiendo con nuestro proyecto de adopción".

Al parecer esta señora:

1) piensa que adoptar a un niño con una discapacidad es un suicidio.

2) no tiene las narices de decírnoslo a la cara.

3) tiene las narices de recurrir a instancias "superiores", es decir, decírselo a mi padre.

Estoy indignada por esta falta de respeto. Estoy pensando seriamente escribirle una cartita diciéndole:

1) que las que decidimos los niños que tenemos y cómo los tenemos somos nosotras, no mi padre.

2) que somos adultas y nuestras decisiones son dignas de respeto.

3) que se cuestione muy seriamente los prejuicios que tiene sobre las personas con discapacidad, por favor.

Pero, francamente, visto lo visto, no creo que esta señora valga ni el esfuerzo y ni el papel de la cartita.

Al final siempre llego a la misma conclusión. El respeto es aceptar que una forma de vida que NO comprendes tiene tanto valor como la tuya, porque aceptar esto de una forma de vida que sí comprendes no significa ningún esfuerzo.

Pero en última instancia, si ni comprendes ni respetas, te agradezco que tengas la hipocresía de callarte y sonreir.

martes, 13 de noviembre de 2007

El curso

Hace ya semanas que terminamos el curso, pero no he tenido tiempo de escribir. Aquí va:

Lo primero que me ha llamado la atención del curso de preparación para el acogimiento permanente y el acogimiento preadoptivo de niños con necesidades especiales que imparte Meniños es lo diferente que es al curso de preparación para la adopción internacional que imparten los técnicos del IMMF.

El curso del IMMF parecía diseñado para apabullar a los participantes, hacer que se sintieran culpables por su deseo de adoptar y crear en ellos la seguridad de que renunciar a la paternidad y la maternidad biológica les crearía un trauma que acabaría destrozando su familia. Los técnicos del IMMF parecían asumir que todos los presentes eran unos locos insconscientes que no sabían donde se metían, que querían un niño-juguete étnico como el que se compra la Barriguita Piel Roja y que los niños adoptados son seres problemáticos y frustrados que acaban siendo una carga para sus familias y la sociedad. La actitud de los técnicos del IMMF era de superioridad y arrogancia, toda discrepancia por parte de los participantes se achacaba a la falta de madurez de su proyecto de adopción o a ilusiones poco realistas. Todas las personas que participaron en mi curso estaban de acuerdo en que era una formalidad muy pesada que había que pasar (un "aro" más) y que era mejor no decir nada y hacer como si se estaba de acuerdo. Una de las participantes era psicóloga y se llevaba las manos a la cabeza con las barbaridades que decían los técnicos. Otro era un hombre cuyo padre había abandonado a su familia cuando él era niño y un día no pudo más, se levantó y dijo que se sentía insultado. Las mujeres monoparentales que estábamos allí tuvimos que soportar incontables avisos de que la familia que ofrecíamos era inferior y malsana.

Al final, este curso selecciona a los candidatos a adoptar por su cabezonería y no hace nada por fomentar la reflexión sobre la adopción que, estoy de acuerdo, es un proceso complejo y digno de reflexión. Pero con el curso del IMMF nadie reflexiona porque los participantes se sienten tan atacados que se ponen a la defensiva y no quieren ceder ni un ápice de su terreno.

Y luego está el curso de Meniños, una oportunidad fantástica de aprender, discutir, resolver dudas, sentirse acompañado, reforzado y ayudado por profesionales compasivos y respetuosos y conocer a un grupo de gente heterogéneo y valioso. Nos encantó.


Al principio ibamos un poco moscas. Nos habían pedido que lleváramos la comida porque la costumbre es que todos los participantes y los técnicos coman juntos en la sede. Mi pareja tenía miedo de que fuera una cosa en plan Gran Hermano, donde nos observarían interactuar con la gente para detectar comportamientos dudosos ("¡Ajá! se ha comido el último brownie. Comportamiento antisolidario y egoísta. A esa no le damos niño.") Al final resultó que era más práctico así porque había mucho material que cubrir y no querían que la gente perdiera tiempo saliendo y entrando a comer.

La primera sorpresa agradable fue llegar el primer día a la puerta y encontrarnos con una pareja de gays. Francamente, es un rollo ser la única pareja lesbiana en un grupo dominado por las parejas heterosexuales. Una se convierte en una especie de embajadora del lesbianismo y se tiene que enfrentar a todo tipo de preguntas que incluso cuando son sanas, fastidian, aunque sólo sean porque una tiene la impresión de que lleva la vida contestándolas. Pero con una pareja gay la cosa cambia. De pronto ya no somos "las lesbianas" sino Menagana y Fulana, con personalidad propia, y las preguntas se diluyen o directamente pierden sentido porque la vivencia de la homosexualidad en el grupo es de normalidad. La pareja en cuestión nos pareció encantadora, como el resto de los participantes, la verdad. Además, cocinan muy bien.

También nos encontramos allí (qué pequeño es el mundo) con unos amigos de unos vecinos. Nos parecieron una gente estupenda y precisamente ayer les decíamos a los vecinos que nos gustaría quedar con ellos algún fin de semana.

El resto de la gente era bastante variopinta. Había varias mujeres monoparentales y unas cuantas parejas más. Todos eramos muy diferentes, pero me pareció que todos teníamos en común un viaje previo que muy poca gente hace, un viaje desde el sueño del bebé perfecto hasta el sueño del/a niño/a real. Gente con los valores muy bien puestos.

Las técnicas que impartieron el curso eran respetuosas y profesionales. Me sentí muy a gusto y, sobre todo, respetada. Creo que esa es la diferencia principal entre la adopción internacional tal y como yo la viví y la adopción nacional que estoy viviendo ahora: el respeto. Sentí que la gente de Meniños me respeta como persona, como madre y como futura adoptante. Saben que no soy perfecta, pero no buscan perfección, buscan gente real que quiera intentarlo con todas sus fuerzas, que al fin y al cabo es lo único que podemos hacer como padres y madres. Su respeto me impulsó a respetarlas y a escucharlas como no había podido escuchar a los ténicos del IMMF. Y lo que oí fue mucho de lo que ya conocía pero también muchas cosas nuevas, sentimientos y situaciones que jamás había imaginado. Me sentía tan bién con ellas que me permití dudar y expresar mis dudas. Ellas siempre me contestaron con el máximo respeto y con una gran ternura y sentido del humor. Nunca me descalificaron ni descalificaron mi proyecto de adopción cuando no estaban de acuerdo conmigo.

Fueron unos días intensos, de profunda reflexión y aprendizaje. La conclusión es que ahora estamos más preparadas para esta aventura. Y también que nos hemos reafirmado en nuestra decisión: el programa de acogimiento preadoptivo de niños con necesidades especiales es la forma ideal de traer a casa nuestro próximo hijo/a.

lunes, 8 de octubre de 2007

Igual de felices

Leo en The Independent (http://news.independent.co.uk/health/article2723237.ece) que el Profesor Allan Colver, de Newcastle University, ha hecho un estudio sobre niños con parálisis cerebral. El estudio se realizó en siete países europeos con unos 500 niños. Su objetivo era medir el nivel de satisfacción de estos niños en tres parámetros: bienestar psicológico, imagen de sí mismos y apoyo social. El resultado es que los niños con PC tenían el mismo nivel de satisfacción que los niños sin discapacidad.
El artículo concluye que los sentimientos de compasión y piedad que la gente suele tener hacia estos niños no están justificados, ya que ellos no se ven a sí mismos de esa forma. Dice que las personas con PC desde el nacimiento incorporan esta discapacidad como normal en su imagen de sí mismos y disfrutan la vida de la misma forma que cualquier otra persona.
El Profesor Colver se cita diciendo que un padre se le acercó para decirle que su estudio había cambiado la imagen que tenía de su hijo/a y que es necesario que la sociedad cambie su actitud hacia los niños con discapacidad.
Este artículo me ha hecho pensar en el tiempo, no muy lejano, en que se pensaba que las personas gays y lesbianas eramos muy desgraciadas y nuestra homosexualidad nos hacía sufrir enormemente. La literatura y el cine están llenos de personajes homosexuales amargados, alcoholicos, depresivos o con otras enfermedades mentales, tristes, desesperados y suicidas. La gran mayoría se veían completamente incapaces de llevar una vida normal y acababan matándose o teniendo vidas sórdidas y violentas. Hubo que esperar mucho tiempo para que la imagen de los gays y las lesbianas fuera positiva y que aparecieran en el imaginario personajes alegres, felices y "normales" que fueran homosexuales.
Creo que las personas discapacitadas van por detrás de los gays y las lesbianas en esa lucha. Y a ellos se les va a hacer mucho más cuesta arriba porque lo que nos ayudó a nosotros fue precisamente la generalización de la idea de que la homosexualidad no es una enfermedad. La discapacidad, sin embargo, está tan medicalizada, que dudo mucho que los discapacitados se puedan quitar la imagen de enfermos algún día. Y con esto no quiero decir que estar enfermo, física o mentalmente, sea algo que justifique la discriminación. Lo que quiero decir es que existe una discrimación hacia las personas enfermas y las personas con discapacidad heredan esa discriminación y se la suman a la propia.
Me parece positivo que se haya hecho este estudio y no dudo que es necesario. Pero me sorprende la sorpresa ante sus resultados. Cualquiera que conozca a una persona con discapacidad sabe esto, ¿no? ¿O vivo en un mundo paralelo?
No, ya sé, es que la gente no conoce a personas con discapacidad, como no ponemos intérpretes, ni rampas, ni preparamos los documentos en braille, etc., nos separamos con gran eficacia de ellas y nos quedamos felices en nuestro guetto de "capacidad".
Así que cuando alguien que nunca ha conocido a una persona con discapacidad, que sólo tiene como referencia las imágenes negativas, victimizantes y paternalistas de los medios de ficción y no ficción, ve por la calle, o en el centro de salud, o en el supermercado, un niño/a con PC, siente lo que le han programado para sentir: piedad, disgusto, dolor.
En parte es lógico: las personas sin discapacidad dependemos hasta tal punto de nuestras capacidades que sin ellas seríamos extremadamente vulnerables. Cuando vemos a una persona con discapacidad nos imaginamos lo que nos ocurriría a nosotros si perdieramos esa capacidad en concreto y nos sentimos fatal. Inmediatamente, así somos las personas, proyectamos nuestras inseguridades, nuestras incapacidades, en esa persona.
Siguiendo con el símil de los homosexuales, es equivalente a un hombre heterosexual pensando hace veinte años: "Dios mío, si yo fuera gay, qué horror. Perdería toda mi sexualidad, no podría casarme, ni llevar a mi pareja a casa de mis padres. Estaría siempre solo en las fiestas familiares, tendría que ocultarles mi vida privada a mis amigos del barrio. Y tendría que hacer cosas, cosas, con hombres. Horror."
La reacción natural es miedo, dolor, rechazo y piedad. "No me extraña que estén todos tan mal." Es interesante que algunas de las cosas que asustarían a este hombre no son intrínsecas a la homosexualidad (no poder casarse, no poder llevar la pareja a casa, estar en el armario) sino a la discriminación social de las personas homosexuales. Otras cosas (sexualidad) son intrínsecas y si asustan al heterosexual, es precisamente por que lo ve desde el punto de vista de la heterosexualidad. Hacer cosas con otro hombre es placentero para un hombre gay y no implican renunciar a su sexualidad sino precisamente disfrutarla.
La perspectiva cambia cuando los homosexuales toman la palabra, se definen a sí mismos y luchan por cambiar las actitudes y leyes descriminatorias de la sociedad.
Creo que las cosas cambiarán para las personas discapacitadas cuando sean ellas las que tomen la palabra, se definan a sí mismas y luchen desde su punto de vista. Hasta ahora lo que veo en España de la lucha por los derechos de las personas con discapacidad viene de personas sin discapacidad: asociaciones de familias, médicos, políticos. Genial que se impliquen, pero la palabra es de las personas con discapacidad. Las personas sin discapacidad no podemos saber lo que sienten, lo que quieren y lo que necesitan. Tenemos que callarnos y escuchar. Si en vez de eso hablamos desde nuestra perspectiva, por muy a favor suyo que estemos, por muy buenas intenciones que tengamos, siempre nuestras ideas, palabras y acciones se quedarán cortas.
La web está llena de personas con discapacidad que no se callan. Una de ellas es Glenda Watson (http://www.doitmyselfblog.com/about/). Otra es Ju Gosling (http://www.ju90.co.uk/) que tiene una presentación que explora las diferentes formas de ver a las personas con discapacidad. Se titula "Helping the handicapped" y vale la pena (http://sinnlos.st/help/index.html), así como el artículo que la acompaña (http://sinnlos.st/help/eng/help7.htm). Y, por supuesto, mi querida Lisa Ferris (http://twinklelittlestar.typepad.com/, su entrada "Lost in Disabilitiskan" (http://twinklelittlestar.typepad.com/letter/2007/04/index.html, entrada del 17 de abril) es de obligada lectura y el texto que más me ha abierto los ojos sobre la discapacidad. Además, es graciosa y tiene dos hijos preciosos. La leo casi a diario.
Hay más, muchas más y una se puede pasar días en Internet explorando (con el consecuente detrimento de su vida afectivo sexual, familiar y laboral).
Pero, ¿dónde están las páginas web de las personas con discapacidad españolas? Si alguien sabe de alguna, que me lo diga, por favor.

jueves, 27 de septiembre de 2007

Nos casamos

Cuando ya habíamos perdido la esperanza, después de un año y medio de papeleo, por fin tenemos fecha para la boda.

Nos casamos el día 3 de diciembre.

Y que vivan las novias.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Nuestro ofrecimiento

Después de mucho debatir, hablar con gente, buscar información y pasar largos periodos de silencio pensando, hemos decidido empezar con un ofrecimiento bastante reducido y ampliarlo más adelante si vemos que no hay niños disponibles que se ajusten a él.

En estos momentos nuestro ofrecimiento es para un niño o niña invidente o con una discapacidad visual o un niño o niña con una discapacidad motora que no llegue a la silla de ruedas. Además, no queremos que tenga retraso mental o que se piense que pueda tenerlo en el futuro.

Es difícil definir un ofrecimiento. Una tendría tendencia a decir "que sea lo que Dios quiera", adopto al niño que me asignen sea como sea con los ojos cerrados. Si se piensa, así es en la maternidad biológica. Una espera que la criatura llegue sana, pero puede pasar cualquier cosa. Conozco a los parejas heterosexuales a los que les pasó "cualquier cosa": una tuvo un niño con Síndrome de Down. Era su primer hijo, la niña siguiente no tenía el Síndrome. La otra pareja, también joven y sana, tuvo un niño con acondroplasia. De nuevo era su primer hijo, la siguiente no tiene acondroplasia.

Y sin embargo, cuando adoptamos tenemos elección, o al menos así nos lo parece. En primer lugar, podemos optar por la adopción "normal", es decir, de niños aparentemente sanos y sin discapacidad o la "especial", es decir, de niños que no pueden optar a estar en la lista "normal" o que estuvieron pero salieron despedidos de ella. También podemos elegir adoptar en el extranjero y así elegimos raza, sexo y probabilidades de salud e incluso personalidad (o así lo creemos). El mundo de la adopción está lleno de este tipo de prejuicios, que si las niñas de China son supervivientes natas, que si los niños del este son rubitos pero vienen "muy mal", etc.

Creo que, hasta cierto punto, es bueno que las familias adoptantes tengan opciones. No me gustaría que se asignara un niño negro a una familia racista, así que en principio parece bueno que las familias puedan elegir la raza de los niños que van a adoptar. Pero por otra parte, no nos permiten elegir el sexo de nuestros hijos, independientemente de si somos machistas o no. Parece que en la adopción está permitido ser racista pero no machista. Creo que esto refleja muy bien el nivel de concienciación, respeto y tolerancia que existe hoy en España.

Por otro lado, hay actitudes que sorprenden e indignan. La trabajadora social nos preguntó si estaríamos dispuestas a adoptar un niño o niña con diabetes. ¿Diabetes? Tuviemos que preguntarle si se refería "a eso del azúcar en la sangre". Y nos confirmó que sí. Nos quedamos alucinadas. ¿Cómo es posible que los niños con diabetes no estén en las adopciones "normales"?

Esto me lleva al asunto de la pijería en la adopción. Hay mucha y es muy evidente. Lo primero que me sorprendió cuando empecé mi primera adopción fue la actitud de "ir de compras" que tenía la gente en los foros al empezar a andar el camino de la adopción. Básicamente la gente se apuntaba al foro y en su primer mensaje decía algo tipo "¿Y los niños en Rusia cómo están? ¿Hay bebés? ¿Están sanos? ¿Cuánto se tarda? ¿Cuánto cuesta?" No quiero que se me interprete mal. Todos estos datos, estado de salud y edad de los niños, tiempos de espera y dinero necesario para el papeleo, son importantes para las familias. También lo fueron para mí. Pero lo me que chocaba era la actitud, la forma de hacer las preguntas. Parecía que restaban preguntando por el estado y el precio de los puerros en el Hipercor.

Esta pijería también se ve las actitudes de la gente hacia la adopción nacional. Cuando le dices a alguien que estás intentando adoptar, lo primero que te preguntan es que dónde adoptas, es decir a qué país vas a ir. Cuando les dices que vas a adoptar aquí. Te dicen que qué bien, que vas a tener un niño español. Bueno, en primer lugar, todos los niños adoptados por españoles son españoles, así que mi hijo o hija será español lo adopte donde lo adopte. Y segundo, si con eso quieren decir que la familia biológica del niño o niña será de origen español " de toda la vida", se equivocan: la mayoría de los niños que se adoptan en España hoy son de padres de origen extranjero. Lo siguiente que te dicen es que pensaban que en España sólo había niños "con problemas". Aquí es cuando pones la sonrisa crispada y empiezas a intentar aclarar conceptos.

Bueno, y entonces, ¿cómo definir un ofrecimiento de adopción sin caer en el esnobismo o la discriminación? Creo que es imposible. Siempre que se define el ofrecimiento se discrimina a los niños que no están incluidos en él. Una tiene que ver su vida, su energía, sus conocimientos, su capacidad y delimitar en qué tipo de "problemas" está dispuesta a meterse de forma voluntaria y con alegría. Y quiero matizar: cuando digo "problemas" no me refiero a los que pueda tener o dar el niño por el hecho de ser como es, sino a los que impone el entorno y los prejuicios y discriminaciones de la sociedad a las personas que no se ajustan a su modelo de "persona válida" y a sus familias. Y cuando digo "metese voluntariamente y con alegría" me refiero exactamente a eso, es decir, que a una le puede "tocar" un niño enfermo o con una discapacidad lo tenga como lo tenga, embarazándose con esperma de un premio nobel o adoptándolo en el país más problemático del mundo, pero inevitablemente habrá un periodo de duelo ante la pérdida del niño perfecto que se había imaginado. Pero cuando una define un ofrecimiento "de necesidades especiales", una tiene que preguntarse, en mi opinión: ¿Qué tipo de niño puedo adoptar yo sin hacer ese duelo? ¿Qué tipo de discapacidad puedo aceptar yo desde el primer momento, porque no me asusta, porque me parece familiar, porque no tengo prejuicios sobre ella?

Y así es como hemos llegado a nuestro ofrecimiento tal y como lo he definido hoy.

Somos conscientes de que es un ofrecimiento muy limitado y que probablemente tardemos años en que recibir *la* llamada de la Comunidad de Madrid. Pero no tenemos prisa. Si en algún momento nos entra la prisa, sabemos que podemos ampliar el ofrecimiento.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Mi hija se define

Esta es una conversación que tuve con mi hija de 3 años este verano. Mi hija es "una mezcla de razas", vete tú a saber lo que eso significa.

-Mamá, yo soy negra.
-Umm... yo te veo más bien color canela.
-Sí, soy color canela, pero soy NEGRA.
-¿Tú quieres ser negra?
-Sí.
-Muy bien, pues eres negra.

Es la primera vez que se define racialmente. Llevamos mucho tiempo clasificando a la gente: por su color de piel, por su tipo de pelo, por la presencia de pene o vulva en su cuerpo, etc. Pero esta es la primera vez que distingue el color de la piel y la raza como concepto propio. Que yo sepa nadie le ha dicho que es negra ni ha tenido una conversación sobre la raza con nadie. Creo que ha llegado a entender el concepto ella sola, escuchando a su alrededor. Y como no ve la tele, eso significa que ha estado escuchándonos a nosotras y a nuestros amigos y familiares. Me admira que esté tan alerta a este tipo de cosas, aunque no me sorprende. Yo no fui consciente de que existían otras razas hasta que salí de España a los 9 años, pero ella no sólo está en contacto con personas de "otras razas", sino que al no ser "blanca" recibe constantemente mensajes explícitos e implícitos sobre su diferencia. Mi chica lista no ha tardado nada en identificar cual es esa diferencia.

En muchos sentidos, ser madre es acompañar a una persona por caminos que son nuevos para tí, pero si eres madre por adopción (y tú misma no fuiste adoptada), esos caminos son todavía más desconocidos. Yo tengo que acompañar a mi hija por su vida como niña adoptada y como niña de "otra raza", es decir de una raza diferente a la que domina en los medios de comunicación y en el imaginario de este país. Creo que para ser buenas acompañantes, tenemos que comprender que nuestros hijos son los expertos en esas vivencias que nosotras no hemos tenido. Por eso, si mi hija, la experta en razas, dice que es negra, poco importa lo que yo piense o la poca importancia que yo pueda dar a su color, o los comentarios de la gente que creen echarle piropos cuando dicen que "podría ser española" (que, por cierto, lo es), lo que importa por encima de todo es lo que ella diga.

Si mi hija dice que es negra, tendrá sus razones.

jueves, 16 de agosto de 2007

Nos han aceptado el expediente

¡¡Yupi!!

Nos han aceptado el expediente sin el papel de marras.

Quiero pensar que nos casamos en otoño, pero prefiero no hacerme ilusiones.

Por el momento estamos de vacaciones, viajando, trabajando en el jardín y preparando la casa para la visita a domicilio.

miércoles, 18 de julio de 2007

Llegó el papel y no vale

Llegó el papel desde la lejana ciudad de nacimiento de mi pareja y, por supuesto, no es lo que necesitamos.

El lunes vamos al registro civil a ver si nos ofrecen alguna otra solución.

Esto es desesperante.

martes, 10 de julio de 2007

¿Nos casaremos algún día?

Llevamos ya casi un año intentando completar el papeleo para casarnos.

Primero lo intentamos en la localidad donde vivimos, pero nos pedían un papel que debía dar el Consulado del país de nacionalidad de mi pareja. Bueno, como en ese país no existe el matrimonio entre personas del mismo sexo, nos denegaron el papel (aunque no por escrito, claro).

Entonces un abogado nos dijo que en Madrid capital no pedian el papel y mi pareja se empadronó allí.

Así fue como ayer nos encontramos intentando abrir un expediente de matrimonio casi un año después de haber abierto el primero.

Efectivamente, en Madrid no piden ese papel de marras, pero piden otro.

Fuimos al Consulado a buscar ese segundo papel al que mi pareja tiene derecho como ciudadana de ese país (que empezamos a odiar) y le dicen que no, que no se lo dan, que si se quiere casar que pida el otro, el que no le dan por querer casarse con una mujer.

Mi pareja les dijo que no era para casarse, que era para una cosa de su trabajo, pero no se lo dieron.

Desesperante. Es obvio que se han dado cuenta de que la gente se les estaba casando con el segundo papel.

La funcionaria me dijo por teléfono que tienen órdenes directas "de arriba" de "parar las bodas entre personas del mismo sexo".

Son malos y tontos. Y están del lado malo de la historia. Algún día los niños aprenderán en los colegios que se hacían estas cosas y no se lo creerán.

Mientras tanto, nos están haciendo polvo.

miércoles, 4 de julio de 2007

Conversación con un vecino

El: ¿Qué hay de nuevo?

Yo: Nada, empezando los papeles para una nueva adopción.

El (contento): ¿Dónde?

Yo: Aquí en España.

El: Ah, yo pensaba que en España solo había niños con problemas.

Yo (empezando a cabrearme): Bueno, estamos intentando adoptar un niño con discapacidad.

El: ¿Discapacidad? ¿Qué quieres decir?

Yo: Ya sabes, discapacidad.

El me mira fijamente.

Yo: Un niño ciego, por ejemplo.

El (echándose las manos a la cabeza): Pero, pero... qué buenas sois... un niño ciego... ¡Eso es sacrificar tu vida por tu hijo!

Yo (alucinada): Bueno, los niños ciegos también van al colegio, salen con sus amigos, juegan en la calle... ¿sabes?

El (con lágrimas en los ojos): ¡PERO NO VEN!

¿Y qué se supone que tengo que decir yo ante esto?

martes, 3 de julio de 2007

Cosas que no somos

Valientes

Fuertes

Buenas

Generosas

Abnegadas

Inconscientes

Locas

Sólo queremos tener otro hijo/a. Nos gustaría que la gente dejara de proyectar sus prejuicios en nosotras.

miércoles, 27 de junio de 2007

A día de hoy

Estamos esperando el curso y la visita a domicilio.

Hemos tenido dos entrevistas: una con la psicóloga y otra con la trabajadora social. Las dos se realizaron en la oficina de Meniños, que es la entidad que lleva los acogimientos preadoptivos especiales en la Comunidad de Madrid.

Nos han dicho que el curso no se hará hasta septiembre u octubre y que nos vendrán a ver la casa por esas fechas.

Si todo va bien, esperamos tener el Certificado de Idoniedad a finales de 2007 o principios de 2008.

Nos han dicho que tardarán aproximadamente 2 años en encontrar un niño o una niña que se ajuste a nuestro ofrecimiento.

¿Por qué este blog?

Acabo de pasar un buen rato buscando a gente que haya adoptado en España y quiera compartir su experiencia conmigo. He encontrado algunas entradas en foros y listas de adopción internacional. La mayoría son antiguas y escritas con rapidez, sin detalles. Y la mayoría acaban concluyendo que no vale la pena, que los niños en España o tardan mucho o tienen "problemas".

Bueno, mi pareja y yo estamos en proceso de obtener el CI para adoptar a un niño con "problemas" en Madrid.

Esta es muestra historia.