lunes, 26 de noviembre de 2007

La visita a domicilio

La semana pasada tuvimos la visita a domicilio. Vinieron no una sino dos trabajadoras sociales y volaron por la casa casi sin verla. En realidad venian a hablar del ofrecimiento.

Bueno, acostamos a la niña a dormir la siesta y nos sentamos con las trabajadoras sociales a hablar. No queríamos que la niña nos oyera decir "no queremos este tipo de niño" o "esto no somos capaces". Sencillamente no lo entendería y sólo serviría para causarle ansiedad.

Nuestro ofrecimiento era para un niño o niña en acogimiento preadoptivo con una discapacidad visual o motora que no llegue a silla de ruedas. En el último momento añadimos una serie de enfermedades crónicas, o lo que ellos llaman enfermedades crónicas, como anticuerpos de HIV (sin virus) o diabetes. Y digo "era" porque ha cambiado. En la visita, las trabajadoras sociales nos dijeron que sólo tienen como 2 niños al año disponibles para acogimiento preadoptivo y que la probabilidad de que se ajuste a nuestro ofrecimiento es muy pequeña. ¿Porqué no considerábamos el acogimiento permanente? Les dijimos que estamos abiertas al acogimiento permanente pero que las visitas te atan a Madrid y que estamos pensando en ir a vivir a otro país. Entonces ellas nos preguntaron si aceptaríamos un niño que no tiene visitas.

Eso nos sorprendió porque prácticamente ningún niño disponible para acogimiento permanente no tiene visitas. Inmediatamente pensé que estaban pensando en un niño en concreto. Pero mi pareja y yo habíamos decidido que no íbamos a ampliar el ofrecimiento hasta junio y así se lo dije. Yo me moría por decir que sí, que adelante con el acogimiento permanente, pero mi pareja siempre me dice que cambio los planes de forma impulsiva en el último momento y que tengo que ceñirme más a lo que se decidió anteriormente, así que me reafirmé en nuestra decisión con mucha energía. Pero aún así no me atreví a mirar a mi pareja para que no viera en mis ojos (porque lo ve todo) que quería un acogimiento permanente.

Al día siguiente, vino la vecina. La vecina tiene unos amigos que hicieron el curso con nosotras y que tuvieron la visita también esta semana. La vecina nos dijo que las trabajadoras sociales le habían dicho a sus amigos que la mayoría de las personas del curso ya tenían niño/a "preasignado", es decir, que están esperando a que llegue la idoniedad para proponerles niño. Mi pareja y yo nos miramos. Ella me confesó que cuando las trabajadoras sociales estaban insistiendo pensó que tenían un niño concreto en el que estaban pensando y yo le dije que yo había sentido lo mismo.

Así que ayer por la mañana llamé a Meniños y cambié el ofrecimiento. Nuestro ofrecimiento es para un niño/a en acogimiento preadoptivo o permanente con una discapacidad visual o una discapacidad motora que no llegue a silla de ruedas, o una de las enfermedades crónicas de nuestra lista.

Mi pareja y yo nos pasamos el fin de semana hablando de cómo nos vamos a organizar si hay niño/a este invierno. Mi amiga B, que espera una niña de Nepal desde hace un año, me dijo que tendríamos niño/a antes de Navidades. Mi amiga R, que está en pleno tratamiento contra la infertilidad, me dijo que tendríamos niño/a antes de Navidades (no, no se conocen). Yo rezo por que no haya niño/a antes de Navidades, aunque si ahora mismo sonara el teléfono y fuera Meniños, me moriría de alegría.

Qué será, será? What ever will be, will be. The future is not ours to see. Qué será, será?

No hay comentarios: