martes, 30 de septiembre de 2008

Llamé

Al final no pude resistirlo y llamé a Meniños.

Tardé en dar con la persona que lleva nuestro expediente. Estuve llamando varios días, varias veces al día y me preocupaba quedar como una pesada.
Pero cuando por fin pude hablar con ella, resultó ser la encantadora chica que ya conocía. Me dedicó un buen rato, hablandome con respeto y cariño, escuchando mis dudas y mis neuras. Incluso me agradeció que hubiera llamado.

Me dijo que no se olvidan de nosotras y que nos han considerado para varios casos, pero no nos han elegido, por lo que ahora estamos "número uno en la lista"

Cuándo le pregunté porqué no nos habían elegido, me dijo que era por que habíamos dicho que no queríamos incertidumbre en el diagnóstico y el pronóstico y que los casos que habían considerado tenían incertidumbres. Le dije que debía referirse a bebés o recién nacidos y ella me dijo que no, que eran niños de entre dos y tres años. Yo le dije que tanto mi querida esposa como yo pensamos que a los dos o tres años ya se sabe lo suficiente como para reducir la incertidumbre a un nivel que nosotras podemos aceptar. Está claro que los médicos no se mojan, pero a los dos años ya se sabe si un niño va a comer con la boca o va a necesitar un tubo.

No quiero decir que comer con un tubo sea malo, sino que es el tipo de cosa que no incluimos en nuestro ofrecimiento.

En fin, que le pedí que la próxima vez sí nos ofrezcan casos con un poco de incertidumbre. Ella me dijo que en verano no han hecho ningún casamiento y que en la próxima reunión hablaría de nosotras con el resto del equipo.

Así que aquí estoy, con las esperanzas renovadas. En cualquier momento, esta vez sí, puede sonar el teléfono.

Ay, qué tendrá ese teléfono que me tiene loca.

martes, 23 de septiembre de 2008

¡Cómo no he visto esto antes!


De vez en cuando voy a Google y busco "derechos de las personas con discapacidad" o "ceguera blog España" o algo del estilo. Estoy buscando una comunidad de personas con discapacidad que no se hayan tragado la propaganda de la dependencia y la enfermedad.

No gente que piense como yo.

Gente que vaya más allá que yo y que me ayude a aprender y a comprender.
Gente con discapacidad a la que pueda escuchar.
Y que sea un modelo para mi futuro/a hija/o.

Y en España, por favor.

Hoy los he encontrado:

http://www.marchadiversidadfuncional.org/

http://blogs.periodistadigital.com/sillaruedas.php

http://www.forovidaindependiente.org/

El año que viene vamos a la marcha. Y voy a intentar ponerme en contacto con esta gente lo antes posible.

Estoy feliz.

jueves, 18 de septiembre de 2008

De vuelta



Ha sido un verano movidito: norte del país, playa y un rápido viaje al país de origen de mi querida hija que decidimos en el último segundo.

Estuvimos visitando el orfanato donde estuvo ella, jugando con los niños y haciéndonos fotos con las cuidadoras.

Mucha gente me pregunta con aparente angustia cómo ha llevado mi querida hija ver el orfanato y su país de origen. La verdad es que se lo pasado genial. Había fiestas y nos pasamos el día comiendo y paseándonos por los mercados. El orfanato le pareció un colegio como cualquier otro, a pesar de que yo me cuidé mucho de explicarle que los niños vivían allí y que estaban esperando a sus familias. Es demasiado pequeña para fijarse en lo mal que tienen la piel los bebés o para darse cuenta de que un bebé de 4 meses no debe tomar su biberón solo.

En el orfanato había un bebé que se parecía enormemente a mi hija y desde que lo vi tuve la sensación de que lo conocía. Se me metió en la cabeza que era hermano biológico de mi hija, pero cuando le pregunté a la directora, la historia de su madre biológica no coincide con la historia de la madre biológica de mi hija. De todas formas, ahora que estoy casada con una mujer no habría forma humana de adoptar a ese niño, aunque fuera hermano biológico de mi hija.

En general ha sido una experiencia muy positiva y vamos a volver en cuanto podamos. Queremos que nuestra hija conozca el orfanato y su país de origen cuando es pequeña, para que lo acepte como es, con lo malo y lo bueno, y no que vaya por primera vez a los veinte años con la cabeza llena de pájaros y fantasías para encontrarse con la realidad de un país pobre.

La vuelta al cole ha sido fácil y divertida. Mi querida hija está feliz de volver a ver a sus amigos y, aunque su profe del año pasado se ha ido a otro colegio, parece que se está adaptando bien a la nueva. Nuestra primera impresión no es muy buena, pero habrá que esperar a la reunión para ver realmente por donde van los tiros.

Hemos retomado el trabajo con ilusión. Tanto a mi querida esposa como a mi nos gustan nuestros trabajos y no solemos sufrir de depresión postvacacional. Al contrario, ya tenía yo ganas de volver a la rutina normal del invierno. Además, el otoño es mi estación preferida. Un arce del jardín ya tiene tres hojas rojas como la sangre. Estoy impaciente de ver el campo ponerse de colores.

No tenemos noticia alguna de nuestro acogimiento, al que voy a empezar a llamar Gurb.

Antes del verano, mi querida esposa decía que si no sabíamos nada en septiembre, llamaríamos. Pero septiembre ha sido un mes de mucho ajetreo y no hemos tenido tiempo de pensar en si llamar o no.

Os mantendré al tanto.