El: ¿Qué hay de nuevo?
Yo: Nada, empezando los papeles para una nueva adopción.
El (contento): ¿Dónde?
Yo: Aquí en España.
El: Ah, yo pensaba que en España solo había niños con problemas.
Yo (empezando a cabrearme): Bueno, estamos intentando adoptar un niño con discapacidad.
El: ¿Discapacidad? ¿Qué quieres decir?
Yo: Ya sabes, discapacidad.
El me mira fijamente.
Yo: Un niño ciego, por ejemplo.
El (echándose las manos a la cabeza): Pero, pero... qué buenas sois... un niño ciego... ¡Eso es sacrificar tu vida por tu hijo!
Yo (alucinada): Bueno, los niños ciegos también van al colegio, salen con sus amigos, juegan en la calle... ¿sabes?
El (con lágrimas en los ojos): ¡PERO NO VEN!
¿Y qué se supone que tengo que decir yo ante esto?
miércoles, 4 de julio de 2007
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