martes, 11 de noviembre de 2008

Nuestra vecina


Ésta es nuestra vecina, uno de los muchos seres con los que compartimos el jardín y, desgraciadamente, en muchas ocasiones también la casa.

El primer día que la vimos nos llevamos un buen susto y, claro, inmediatamente nos pusimos a hacerle fotos.

Está en el patio de la cocina, muy cerquita de la mesa donde comemos cuando hace bueno.



Se sostiene sobre la tela con las puntas de las patitas y el resto del cuerpo lo mantiene en el aire. Es preciosa.

Tiene una cruz de puntos blancos en la espalda. Cuando la vimos, pensamos que era venenosa pero luego una amiga nos dijo que se llama la araña de la cuz o la araña de jardín y que es totalmente inofensiva.


Por las mañanas, cuando nos levantamos, la tela está rota y la araña ha desaparecido. Pero por las tardes la volvemos a encontrar con su tela reparada, haciendo guardia en el centro.

Un día la vimos capturar a una mosquita y nos quedamos un buen rato viendo cómo la envolvía con su hilo y luego se la llevaba al centro de la tela a comérsela con calma. Juro que parecía una newyorquina sorbiendo su café de Dean and Deluca con gestos elegantes.

Nuestra querida hija está encantada y cuando hace bueno sale al jardín a observarla. A la araña no le gusta que la miren y cuando nos ve encoge las patas como en la última foto (cuando está relajada tiene las patas completamente extendidas.

Me encanta vivir en el campo, aunque en estos días es bastante difícil hacer frente a la gran migración de otoño. La gran migración de otoño es cuando todos los pequeños seres que viven en nuestro jardín se dan cuanta de que, aunque fuera las temperaturas estén descendiendo peligrosamente para su vida, dentro de casa se está pero que muy bien, y empiezan a esconderse cerca de las puertas con el firme proposito de colarse en cuanto abramos una. En las últimas dos semanas he expulsado (armada con la escoba y el recogedor) a dos mantis religiosas (de especies diferentes), un grillo (qué pesado, estuve persiguiéndolo por todo el salón), un bicho cuyo nombre desconozco, varias avispas y un par de arañas bien gordas y peludas. Las moscas y los papás piernaslargas ya son como de la familia.

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