Seguimos esperando con impaciencia. Las trabajadoras sociales de Meniños insistieron en que no las llamáramos para preguntar si ya tenemos la idoniedad o si tienen un/a niño/a para nosotras. En ese momento me pareció ridículo que la gente les llame para insistir, pero ahora los comprendo. No podeis imaginaros los esfuerzos que hago para no llamar.
Lo peor es que tengo una terrible sensación de niño/a inminente. Mi razonamiento es que si la idoniedad nos la dan en enero (nos la tienen que dar en enero, ¿no?) y hay 1.800 niños en espera de una familia acogedora en nuestra comunidad, alguno habrá en enero o febrero que se ajuste a nuestro ofrecimiento, ¿no?
Esperar es lo peor.
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