domingo, 4 de enero de 2009

Entramos en el 2009


Y seguimos sin noticias de Número Tres. Hay al menos una familia que hizo el curso con nosotras en noviembre de 2007 que ya ha pasado dos Navidades con su hijo. Me alegro por ellos pero no puedo evitar sentir celos.

¿Porqué tarda tanto? ¿Es por el límite de edad que nos impone la ley? ¿Es por el tipo de necesidades especiales que hemos pedido?

Siempre que oigo alguna historia de acogimiento permanente, me asombra lo rápido que fue. Conocemos una familia que tuvo la idoniedad en junio y recibieron a su bebé de 6 meses en septiembre. ¿Iría todo más rápido si hubiéramos pedido un niño o una niña sin discapacidad?
Quiero llamar a Meniños pero temo lo que puedo decirles o como puedo sonarles. En estos momentos es muy difícil para mí hablar de esto sin sonar amargada. No quiero que piensen que estoy enfadada con ellos, aunque agradecería una llamada de su parte para explicarme porqué están tardando tanto.
La gente ya no nos pregunta. Mi querida esposa ha perdido la esperanza. "Si ocurre ocurrirá," dice.
Me gustaría poder vivir mi vida tranquilamente como ella, sin estar continuamente a la espera, sin pasar por la zona de ropa del supermercado y mirar las tallas que ya no le caben a nuestra quierida hija, sin intentar adivinar las edades de los niños que veo pasar en sus carritos, sin leer información sobre esta o esta otra discapacidad en Internet e intentar comprender las necesidades de esos niños, y preguntarme "¿Tendrá espina bífida?" "¿Tendrá parálisis cerebral?"
Han pasado "las fiestas". Las fiestas me importan poco, la verdad. Hace tiempo que sólo las celebramos paganamente y comercialmente, poniendo el árbol "para que Papá Noel sepa dónde dejar los regalos". Según mi querida hija, las iluminaciones navideñas se limitan a señalizar la pista de aterrizaje. Tiene razón.
Pero las fiestas son uno de los hitos que jalonan el año y nos dicen que el tiempo pasa. El tiempo pasa. Ya es 2009 y seguimos sin Número Tres. ¿Dónde estará? ¿Estará sufriendo en una familia que no puede o no quiere cuidarlo? ¿Estará atrapado en un centro, esperando un cambio legal en su situación? ¿Estará en el vientre de alguien que espera un bebé que él o ella no podrá ser nunca?
Esté donde esté, espero que esté bien.
Foto: El espectáculo de ginmasia rítmica de fin de año de nuestra querida hija. Es la única niña capaz de salir de la formación en medio de la representación para decirle a la profe que se le ha hecho un nudo en el lazo. La quiero con locura.

4 comentarios:

ceagimenez@yahoo.com dijo...

Hola,
Te iba a sugerir paciencia pero eso es una debilidad.
Hablo sin experiencia en hijos, pero el teléfono te espera. Hablar sosegadamente aclarará mucho. Si va a ser no, que te lo digan ya. Y nada de perder la esperanza, ¿vale?

Lau... dijo...

Ánimo familia!, coged un poquito de las reservas si hace falta, pero a no bajar los brazos. Está cerca.
Abrazo.

Arce dijo...

Gracias a las dos.

Por ahora no voy a llamar, pero s me agobio mucho sé que es una posibilidad.

Un beso,
Arce

encantada dijo...

Estoy segura de que todo este esfuerzo tendrá su recompensa. De tus palabras se deduce que ya eres una madre estupenda que merece volver a serlo. ¡¡Ánimo!!