Ayer mi hija no fue al colegio. Nos fuimos las tres al dentista, en plan familia. Después fuimos a desayunar. Cuando terminó su tostada, nuestra querida hija se fue a jugar a la zona de juegos para niños y nosotras nos quedamos terminándonos el café. Después yo me fuí al baño. Al volver, mi querida esposa me contó lo que sigue.
Nuestra hija se había acercado a ella mientras yo no estaba y había preguntado por mí. Mi querida esposa le dijo que estaba en el baño y que ahora volvía.
Querida hija: "Tú no te vayas, ¿eh? No me dejes sola."
Querida esposa: "No me voy a ir, cariño."
QH: "No te vayas, ¿eh? No te vayas."
Querida esposa: "Pero bebé, ¿yo me he ido alguna vez y te he dejado sola? ¿Cuándo mamá y yo nos hemos ido y te hemos dejado sola?"
Nuestra querida hija no contestó y se fue a jugar.
Nuestra querida hija llegó al orfanato recién nacida. Un año después, unas desconocidas (nosotras) se la llevaron de allí y ya no volvió a ver a los niños y las mujeres con las que había convivido. Al año siguiente, su hermano (nuestro hijo Número 1) se murió repentinamente, dejándola sola otra vez.
La mayoría de gente piensa que nuestra querida hija no se acuerda de nada de esto y que por lo tanto no puede afectarle. Incluso si se acordara, la opinión general es que al ser tan pequeña no ha podido afectarle o si le afectado, se recuperará pronto, porque "los niños son como chicle". Y en el peor de los casos, al ser nuestra hija tan inteligente y madura, lo superará sin problemas y no hay más vueltas que darle.
La mayoría de la gente piensa que, por lo tanto, no hay que darle ninguna importancia a todo esto. Es más, que darle importancia es malo, ya que la niña podría llegar a pensar que tiene algún tipo de pasado. Fíjate tú qué tontería, ¿cómo va a tener una niña tan pequeña un pasado?
La mayoría de la gente es cobarde. Prefiere ignorar la realidad y fingir que todo va bien. Piensa que "si lo ignoro, desaparecerá".
La mayoría de la gente no se da cuenta de que nuestra querida hija es prematuramente madura y que no hay nada que no daríamos porque fuera más infantil y despreocupada.
La mayoría de la gente no quiere entender que la inteligencia está sobrevalorada y que si nuestra querida hija fuera algo menos inteligente, entendería menos lo que pasa a su alrededor y sería mucho más feliz.
Es verdad que parece que nuestra querida hija no tiene recuerdos conscientes de estos sucesos. Pero eso no significa que no haya aprendido de ellos.
Nuestra querida hija no piensa, sino *sabe* que la gente a la que más quiere desaparece de pronto, sin previo aviso y sin explicación. Le ha pasado tres veces en sólo dos años y además, en los dos años más importantes de su vida.
"¿Cuándo nos la ganaremos?" dice mi querida esposa. "¿Cuántos años tendremos que quererla y estar ahí constantemente, demostrándole que no nos vamos para que por fin nos crea?"
Muchos años, creo yo. Toda una vida. Y si al final conseguimos que aprehenda que no todo el mundo va a abandonarla, habremos cumplido nuestra responsabilidad más importante como madres.
Pero es un proceso muy largo y mi mayor miedo es que no lo consigamos nunca.
Foto: las manos de mi querida hija sujetando una decoración destinada a marcar el lugar de aterrizaje del trineo de Papá Noel.